sábado, 10 de septiembre de 2011

Olvido

Es curioso como muchas veces intentamos ocultar y/u olvidar sentimientos, sensaciones, situaciones, recuerdos que vienen a nuestra mente, a pesar de muy ocultos que estén o por mucho que deseemos esconder y olvidar. Y te das cuenta de que hay sentimientos que son inolvidables cuando de repente, vuelven a ti y comienzas a sentirlo todo de nuevo, como si no hubiese pasado nada, como si esa cueva en la que se escondieron se hubiese derrumbado de repente y volvieran a ver la luz. Como si todo lo acontecido no hubiese sucedido, como si todas esas malas sensaciones y experiencias vividas se hubiesen desvanecido de tu cabeza y de tu corazón.
No es fácil olvidar y a veces incluso ni queremos aunque lo intentemos, aunque digamos "es lo mejor para mí, ¿por qué no puedo?". "Tiempo al tiempo", cuantas veces me he repetido esa frase y aún no consigo entenderla, porque por mucho tiempo que pase, por muchos años, décadas...esos sentimientos seguirán ahí, porque forman parte de ti, porque hacen que seas como eres, porque en parte, le dan sentido a tu vida, aunque sean sentimientos de tristeza y agonía, de felicidad y libertad, de nostalgia y rabia, de amor y pasión.
Es muy sencillo decir "ya se te pasará"......¿se pasará? No, un sentimiento no se borra así como así, ni un momento, un lugar, una sonrisa, una mirada, una caricia, un objeto, un lugar, un instante, una luna llena que nos iluminaba...Es muy difícil olvidar cosas que el corazón quiere guardar con tanto recelo que no se pueden quitar de ahí como si se tratara de quitarle un caramelo a un niño.
Nuestra cabeza dice una cosa, y nuestro corazón otra y, algo muy importante que he aprendido es a hacerle caso a tu corazón, pero nunca dejes tu cabeza de lado. No digo que las locuras que nos dice el corazón sean fantásticas pero, a veces, esas locuras hacen daño a personas que estás de por medio, aunque las amemos con locura, aunque sean nuestros amigos, hermanos, familiares, etc.
El olvido es complicado,y muy difícil, no es tan sencillo ni tampoco es bueno para nuestro corazón. Somos humanos y no tenemos una tecla o una rendija de la cuál sacar esos recuerdos y borrarlos como si se tratara de un disco duro. Las heridas cicatrizan se cierran pero las cicatrices siguen ahí, aferradas a la piel que envuelve nuestra alma.Aunque, sin duda, el mejor remedio para ello, por muy duro que sea, es dejar de recordar..