viernes, 7 de octubre de 2011

tiempo....

Un día, me dijeron que el tiempo era posible pararlo y que durara hasta el infinito, y yo no me lo creí, que absurdo, ¿no? que el tiempo no se detenga y encima sea infinito. Pero a lo largo de los años, me di cuenta de que sí era posible. Pensaba en esas caricias, que se convierten eternas y permanentes; esa mirada, en la que sientes que nada alrededor avanza y que todo es infinito, que todo perdurará; ese beso, notando el calor, el cariño, como algo va inyectado directamente a nuestro corazón, permaneciendo allí, y sintiendo esa parada brusca y constante de tiempo.
Pues sí, el tiempo se puede parar, y podemos disfrutar de él a nuestro antojo, sin tapujos, sin miedos, solo estando con esa persona a la que amamos, es cuando sentimos que los granos de arena paran en seco, para hacer juicio ante lo que él detiene. Es maravilloso sentir el tiempo entre tus manos, manejarlo a tu antojo, y poder disfrutar de él como nosotros mismos deseemos.
No hay nada más eterno que el amor que sentimos por esa persona, esa que nos llena, esa que nos satisface, con la que sentimos que nada puede ocurrirnos, con la que aguardamos un futuro con sus frutos y sus recompensas, con sus victorias y derrotas.
Puede que amemos a alguien que nos dé todo esto, o a alguien que nos dé parte de ese todo, pero eso sí, disfrutar de estar con esa persona que nos da lo justo y necesario para ser feliz, merece la pena gastar el tiempo,  a pesar de que sea infinito con cada acto.