sábado, 27 de agosto de 2011

existir

¿Realmente es cuando nacemos cuando comenzamos a existir? Pienso que no.Y diréis: ¿cómo que no? Pues sencillamente no. Para que se dé la existencia de una persona, debemos sentir que esa persona está cerca, que tiene motivos para vivir, que tiene razones y metas que conseguir. La existencia de una persona no es simplemente ser un conjunto de células, hormonas, órganos, que conforman el cuerpo humano bombeado y puesto en marcha por el corazón y la sangre.
El verdadero corazón de una persona no está en ella misma, sino en otra persona, esa persona que porcurará que siga funcionando, que siga al pie del cañón, luchando y desviviéndose por todo lo que sueña, por aquello en lo que cree.
Sí, esa persona tendrá defectos, puede ser cabezona, engreída, misteriosa, callada, reservada, impulsiva...pero es lo que la hace ser la persona que hace latir nuestro corazón, esa persona que hace que nuestra existencia sea mucho más que estudiar, trabajar, consumir, y morir. Esa persona hace que la vida tenga otro sentido, hace que cada mañana tenga un brillo diferente a pesar de que es el mismo sol el que ilumina.
Existir es mucho más que que levantarse cada mañana y convertir tu vida en una rutina. ¡CAMBIA!¡Haz algo de lo que nunca puedas arrepentirte que no hayas hecho! La vida no son dos días, porque la vida prosigue, es tu existencia la que dura 2 días, y 1 día y 12 horas no puede llevarte lamentando por no haber hecho aquello que tanto deseaste, o eso otro que siempre quisiste hacer. Dale sentido a tu existencia, haciendo cosas y haciendo latir ese corazón.
No debes existir por aquello que te tiene predominado la sociedad. Haz lo que te salga del corazón, no te calles ni una, HAZLO. Porque es tu existencia la que tienes en tus manos, y nadie debe vivirla por ti. Mira a tu corazón a los ojos y pregúntale qué es lo que desea hacer, lo que desea sentir, y hazle caso. Sigue adelante y demuéstrate a ti mismo que eres el dueño de tu existencia. Tienes en tus manos el libreto, sé el protagonista y dígnate a escribir en él, y no dejes que nadie lo toque, si ha de haber alguien más en esa historia, escríbelo tú.

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